En el cielo estrellado,
danzan sueños dorados.
La luna, como faro,
alumbra nuestro lado.
En el cielo estrellado,
danzan sueños dorados.
La luna, como faro,
alumbra nuestro lado.
Las penas de la vida nos hacen sufrir,
nos hacen sentir que no hay salida,
como si el dolor no tuviera fin,
y nos dejara sin esperanza y sin vida.
Las penas nos sacuden hasta el alma,
nos dejan exhaustos y abatidos,
y aunque tratemos de evitarlas,
siempre están al acecho, escondidas.
La pérdida de un ser querido,
una traición inesperada,
una enfermedad que nos consume,
o una situación desolada.
Las penas pueden ser un tormento,
que nos quitan la paz y la calma,
nos llenan de angustia y desaliento,
y nos hacen sentir solos en la cama.
Pero las penas también nos enseñan,
nos hacen crecer y madurar,
nos muestran que somos más fuertes de lo que pensamos,
y que podemos superar cualquier adversidad.
Así que no te rindas ante las penas,
lucha con fuerza y valentía,
porque aunque la vida nos ponga pruebas duras,
la esperanza y el amor siempre estarán presentes en el día.