La naturaleza es un regalo divino,
un tesoro de vida y de color,
donde el sol brilla y la lluvia cae
para dar vida a cada flor.
Los bosques son su manto verde,
los ríos son sus venas azules,
las montañas son su mirada,
y las nubes son su alma en vuelo.
La brisa acaricia nuestro rostro,
el aroma de la tierra nos inunda,
los pájaros cantan alegres
y el viento susurra su música.
En la naturaleza encontramos paz,
en su belleza hallamos inspiración,
nos regala su sabiduría,
y nos enseña la lección.
Somos parte de este universo,
somos hijos de la naturaleza,
debemos cuidarla y protegerla,
para que siga dando su grandeza.
Así que abramos nuestros ojos,
y abramos nuestro corazón,
para amar y preservar
este tesoro que es la creación.
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